Una amiga que sufrió abuso en el colegio que apoyaba el feminismo, el hembrismo, dice ella, daba discursos del odio hacia el hombre, en las que incluía falsas denuncias a los profesores. La joven relata: «Tomé como propia esa denuncia para quitarme de encima a mi papá». La joven a los 14 años le dijo a su mamá que su padre la había manoseado. Ambas enfrentaron al padre, lo detuvieron, lo metieron a la cárcel.
Entonces ella se dio cuenta de que las cosas habían llegado demasiado lejos. Por lo tanto, le contó a su abuela la verdad, quiso decir esa verdad, que su padre no había abusado de ella, pero no le creyeron. 5 años después acude al Senado para tratar de arreglar las cosas, porque la justicia argentina no le cree y su padre, después de 5 años, sigue en la cárcel. ¡Cuidado con ese tipo de feministas.