Silvia Pinal, la mujer del siglo XX. Testigo de varias épocas. ¿Qué cosas se perdieron con su muerte? La época del oro del cine mexicano, los inicios de la televisión en México
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Escribió Borges una prosa titulada “El testigo”, un texto breve que acaba en reflexión. Un hombre está muriendo solo en un establo. Escucha las campañas de la iglesia a medida que la noche llega. Borges reflexiona entonces en las cosas que ese hombre, que sólo ese hombre contempló: «El hombre, de niño, ha visto la cara de Woden, el horror divino y la exultación, el torpe ídolo de madera recargado de monedas romanas y de vestiduras pesadas, el sacrificio de caballos, perros y prisioneros». Cuando ese hombre muera, muchas cosas morirán con él. Hace unos días murió Silvia Pinal. Erróneamente la llaman la última diva de la época de oro del cine mexicano. Pero Elsa Aguirre, otra diva, sigue viva afortunadamente. Por supuesto, la vigencia de Silvia Pinal fue mayor.
Silvia hizo películas con los Soler, con Pedro Infante, con Tin Tan, con Luis Buñuel. Ella vivió los inicios de la televisión en México. Fue diputada, esposa de un gobernador y líder de la Asociación Nacional de Actores. Silvia Pinal, como ninguna otra, vivió la mayor parte del siglo XX, fue testigo de muchos hechos históricos.
Y uno se pregunta lo mismo que se preguntó Borges: «¿Qué morirá conmigo cuando yo muera, qué forma patética o deleznable perderá el mundo?» «Hechos que pueblan el espacio y que tocan a su fin cuando alguien se muere pueden maravillarnos, pero una cosa, o un número infinito de cosas, muere en cada agonía», escribe Borges. Muere Silvia Pinal y con ella mueren muchas épocas, se apagan muchas luces que sólo podremos contemplar en los recuerdos.