Un caso reciente en el bar “Marlitros” de Jalisco encendió las redes sociales, destacando un debate sobre las prácticas en torno a las propinas en México. Un comensal identificado como @ZorlakRules compartió en X (antes Twitter) su sorpresa al recibir una cuenta de 252 pesos mexicanos por una michelada, una cerveza y un aperitivo, acompañada de una sugerencia de propina de más de 500 pesos, casi el doble del consumo. La publicación del cliente, que incluyó una crítica irónica, pronto se volvió viral, desatando indignación y reflexiones en torno a las expectativas de propinas en los restaurantes.
Según la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), las propinas no son obligatorias, y ningún establecimiento puede incluirlas como un monto fijo en la cuenta final. Cualquier cliente afectado por estas prácticas puede denunciarlo ante Profeco vía correo electrónico. En las redes sociales, los usuarios debatieron intensamente. Algunos señalaron que estas sugerencias excesivas afectan la confianza en los negocios, mientras que otros resaltaron que el problema radica en los salarios insuficientes que obligan al personal a depender de las propinas.
Este caso subraya la necesidad de una regulación más clara y de un diálogo sobre la sostenibilidad de los modelos de negocio en la industria de la hospitalidad. Para evitar estas situaciones Profeco insta a los consumidores a denunciar y a los restaurantes a respetar las normas establecidas, promoviendo una experiencia más justa y transparente.