El mandatario minimizó el problema diciendo: «No son muchos, no tengo yo el número, pero no hay tanto desplazamientos, se trata de algunas familias de pueblos pequeños». El gobernadore Rocha Moya debe saber que si una persona toma la decisión de dejar sus tierras por el miedo a ser víctima de la delincuencia organizada habla de un estado fallido.
Habla de un gobierno que no puede brindar apoyo ni seguridad a sus habitantes. No hacen falta que sean miles de personas las que dejen sus domicilios por culpa del crimen organizado para comprender que en Sinaloa las autoridades no hacen nada para combatir el problema.