La secretaría de educación de Veracruz perdió lustre con la llegada de advenedizos a una oficina que se encarga de llevar educación hasta el último rincón de los 2212 municipio de Veracruz. Con Cuitláhuac García se abrió la puerta para que políticos al vapor, como Zenyazen Escobar convirtieran las oficinas del kilómetro 4.5 en una agencia de colocaciones.
Rápidamente los manejos turbios cobraron fuerza tanto en Espacios educativos como en las concesiones de cafeterías escolares, ya que estas últimas ya se dan como adjudicaciones directas y ya no es necesario concursarlas. Cuando al de Rio Blanco le endulzaron el ego, este comenzó una alocada carrera por la gubernatura y no lo culpamos, seguramente pensaba que, si llegó alguien como Cuitláhuac García, pues cualquier hijo de vecino podría llegar.
Sin embargo, tarde o temprano la realidad lo colocó en su lugar, y con la efervescencia y la inercia trepidante de la 4T logró una nada despreciable curul en el congreso federal. Hoy su mayordomo que dejó encargado en la SEV solo repite como loro, el mismo discurso, sale con cuentas alegres señalando que hay cobertura al 100 por ciento, que hay más escuelas escrituradas nada sobresaliente.
Sin embargo, hoy Víctor Vargas Barrientos no da explicaciones de los faltantes en Espacios Educativos, ni tampoco puede explicar porque hay adeudo de horas en los diferentes niveles de secundarias. Hoy el sirviente de la 4T jarocha sale sin pena ni gloria de la Secretaria de Educación de Veracruz.