Desafortunadamente se viene una etapa de opacidad para México, ya que ahora, si usted quiere conocer información de algún funcionario o saber si tiene algunos negocios, tendrá que recurrir a la Secretaría Anticorrupción que dirige Raquel Buenrostro, una de las funcionarias más abyectas al expresidente. Esto viene siendo, como poner “la iglesia en manos de Lutero”.
Desgraciadamente, Morena y aliados cuentan con la mayoría calificada para aprobar la iniciativa sin necesidad de negociar con la oposición. De modo que, aquellos ilusos que creían que Claudia Sheinbaum tendría y daría más apertura y transparencia en su gobierno, sencillamente se equivocaron. La actual presidenta salió peor del que se fue a la “Chingada”.