Armando Ortiz / ¿De dónde nace el periodismo? El periodismo nace de la buena voluntad, porque el periodismo es un oficio de personas bien nacidas. Esto lo entendió y pregonó el periodista polaco Ryszard Kapuściński quien dijo: “Para ejercer el periodismo, ante todo, hay que ser buenos seres humanos. Las malas personas no pueden ser buenos periodistas”. Seguramente los primeros periodistas fueron aquellos que, al transitar un camino, después de sortear varios peligros, puentes a punto de caer, crecidas de ríos, animales salvajes y asaltantes, por su buena voluntad acudieron a la aldea para advertir a sus vecinos de esos peligros.
Periodista, esa es la profesión de Ricardo Ravelo, una profesión, como ya se anotó, de personas bien nacidas, bien nacidas en Veracruz. De acuerdo con sus datos biográficos, que por cierto se pueden encontrar en Wikipedia, Ricardo Ravelo nace en Carlos A. Carrillo, Veracruz en 1966. Estudió periodismo en la Universidad Veracruzana. En 1987 inicia su trabajo como reportero para los diarios El Dictamen, La Nación, el Diario Sur, la revista Llave y el periódico Notiver. En 1991 empezó a trabajar como corresponsal de la revista Proceso en el estado de Veracruz. En 1996 se incorporó a la redacción de esta revista como reportero de tiempo completo, donde se le asignó la fuente policiaca, en particular la Procuraduría General de la República (PGR). Actualmente se dedica a la investigación de temas relacionados con el narcotráfico, la justicia y la seguridad. Por su trabajo periodístico Ricardo Ravelo se hizo merecedor en 2008 del Premio Nacional de Periodismo otorgado por el Club de Periodistas de México AC. En 2013 Ricardo Ravelo resultó ganador del premio Rodolfo Walsh, por su obra Narcomex, historia e historias de una guerra en la Semana Negra de Gijón. Es precisamente este tema, el narco en México, lo que ha ocupado al periodista en los últimos 20 años. En 2005 publica su primer libro sobre el tema, Los capos. Las narco-rutas de México, editado por Plaza y Janés. A este libro le siguió una decena de títulos más entre los que destacan: Los narcoabogados (Editorial Grijalbo, 2006); Crónicas de sangre. Cinco Historias de Los Zetas; Osiel. Vida y Tragedia de un Capo (Grijalbo, 2008); Zetas, la franquicia criminal (Ediciones B, 2014) y Los narcopolíticos (HarperCollins México, 2021). El amo de Jalisco. Un gobierno con estructura criminal, el más reciente libro de Ricardo Ravelo, fue publicado en 2023 por la editorial Veriscopio. En este libro nos damos cuenta una vez más que Ravelo es fiel a su profesión de periodista. Las historias que se narran en este libro no están basadas en suposiciones, no son disparos al aíre y mucho menos mentiras disfrazadas de verdad. El libro se vuelve más sólido por la cantidad de datos que contiene, datos verificables tomados de los mismos medios de comunicación, de testigos que, por razones obvias, prefirieron mantenerse en el anonimato, de investigaciones acuciosas, diligentes. Pero, sobre todo, los datos para la realización de este libro fueron tomados de fuentes oficiales. Un testimonio así puede enfrentarse, sin temor alguno, a la realidad.
El amo de Jalisco. Un gobierno con estructura criminal podría tomarse como un “manual para los hombres de la limpieza”. Es decir, ahora que las nuevas autoridades federales de seguridad, del gobierno de Claudia Sheinbaum, están tomando el mando, bien harían en hurgar, escudriñar y aprender algo de este libro; y de los otros libros de Ricardo Ravelo. Si la verdadera intención de los encargados de la seguridad en México fuese llevar a cabo una limpieza en el país, los documentos periodísticos como este libro les serían de gran ayuda. Claro, si su intención fuese limpiar al país de los cárteles de la droga.
El “amo de Jalisco”, Enrique Alfaro, todavía gobernador del estado donde nació el Cártel Jalisco Nueva Generación, si bien no es un arquetipo del gobernador coludido con el crimen organizado, sí se convierte en un estereotipo del gobernador que cree que nunca ha de rendir cuentas a la justicia ni a la sociedad. En Sinaloa recientemente se inició un juicio público en redes sociales que acusa a Rubén Rocha Moya de estar cohabitando con los líderes del Cartel de Sinaloa; por cierto, algo que el mismo gobernador de Sinaloa ha reconocido.
Las similitudes entre Rocha Moya y Enrique Alfaro, gobernador de Jalisco, se destacan en el libro de Ricardo Ravelo. Por ejemplo, el ascenso del Cártel Jalisco Nueva Generación coincidió con la llegada de Enrique Alfaro a la presidencia municipal de Tlajomulco de Zúñiga, uno de los bastiones del Mencho, líder fantasmagórico del Cártel Jalisco Nueva Generación. Pero Ravelo no se conforma sólo con mostrarnos estas coincidencias. El autor nos narra historias de contubernio, traición y muerte, todas alrededor de un gobierno con estructura criminal que ha encontrado efectivas vías de comunicación con los líderes de los cárteles de la droga. Esa estructura que, lamentablemente, habrá de continuar bajo el mando del gobernador electo Pablo Lemús, a quien Ricardo Ravelo describe como el cómplice voraz de Enrique Alfaro, todo bajo la connivencia de Movimiento Ciudadano, el partido de Dante Delgado que ante tanta corrupción ha preferido hacerse de la vista gorda.
A pesar de sus más de 350 páginas este libro sólo es un breviario de la realidad que se vive en muchos estados del país, estados en donde unos sujetos, impuestos por un presidente decadente, apoyados por el partido gobernante y sufragados por los líderes del narco, también se sienten los amos de esos estados. Sólo quisiera concluir con las palabras del gran Pedro Calderón de la Barca: “Sueña el rey que es rey, y vive/con este engaño mandando,/disponiendo y gobernando”. El poder, señores gobernantes, es “una ilusión,/una sombra, una ficción,/y el mayor bien es pequeño:/que toda la vida es sueño,/y los sueños, sueños son”.