El partido entre Honduras y México por la Liga de Naciones de la Concacaf terminó en polémica tras la agresión al técnico mexicano Javier Aguirre. Un aficionado hondureño lanzó una lata de cerveza que impactó en su cabeza, provocándole una herida que requirió tres puntos de sutura. La Federación Mexicana de Fútbol (FMF) condenó el acto y solicitó a la Concacaf una sanción contra la afición local. El incidente ocurrió en un ambiente ya tenso. Antes del partido, declaraciones de medios mexicanos desestimaron a la selección hondureña, y durante el encuentro, gestos y palabras ofensivas de Aguirre hacia la afición incrementaron la hostilidad.
Aunque estas provocaciones deben evaluarse, la violencia es inaceptable en cualquier contexto. Las autoridades hondureñas buscan al agresor, quien podría enfrentar cargos legales. Este caso subraya la necesidad de reforzar la seguridad en los estadios y promover un entorno de respeto. El próximo encuentro entre ambas selecciones será una oportunidad para demostrar que el fútbol puede ser un espectáculo libre de violencia.
Sin embargo, si el fútbol fuese completamente justo, Honduras tendría la oportunidad de eliminar a México en los cuartos de final de la Nations League el próximo martes 19 de noviembre. Sin embargo, no será una tarea sencilla, ya que enfrentarán no solo al equipo rival, sino también a la presión, al árbitro, y la afición palera que ayuda al tricolor. Se avecina un verdadero infierno para Honduras.