Con el nombramiento de Rosario Piedra en la CNDH, Claudia Sheinbaum regresa a la realidad, ella vive en Palacio Nacional, pero el que manda, vive en Palenque, Chiapas
Libertad Bajo Palabra
María del Rosario Ibarra de la Garza conocida como Rosario Ibarra de Piedra, fue una activista y política izquierdista mexicana, pionera de la defensa de los derechos humanos en México y fundadora del Comité ¡Eureka!, fue una mujer de una estatura moral sobresaliente, tanto así, que le alcanzó para ser la primera mujer en buscar la presidencia en nuestro país. Se desempeñó como senadora y diputada federal en dos ocasiones y hasta los partidos de oposición reconocían su activismo a favor de las personas desaparecidas. Por esas razones, podemos afirmar que, si Rosario Ibarra de Piedra viviera, y se diera cuenta como su hija ha manchado y ensuciado el apellido sometiéndose al poder al no defender a las víctimas de desaparecidos, tenga por segura que esta, volvería a dejar este mundo.
Y es que uno, no acaba de comprender, como una mujer que fue la peor evaluada, que intentó falsificar un documento y que no defendió a los más desprotegidos cuando sus derechos fueron violentados vuelva a ser la titular de la CNDH. Es un hecho, que este nombramiento deja muy mal parda a la actual presidenta, ya que era bien sabido que su apuesta era Nashieli Ramírez, mujer de todas sus confianzas.
Claudia Sheinbaum sabe que los encargados de convertir el congreso en un chiquero fueron Adán Augusto López y el convenenciero Ricardo Monreal, quienes necesitaron del empuje de Rosa Icela Rodríguez, secretaria de Gobernación, y de Luisa Alcalde, dirigente nacional de Morena. Con esa jugada, Claudia Sheinbaum regresa a la realidad, ella vive en Palacio Nacional, pero el que manda, vive en Palenque, Chiapas.