Rosario, una “piedra” en el zapato para los derechos humanos en México. Una comisión que nos debería defender de los abusos del gobierno, cohabita con el gobierno

Piedra
Rosario, una “piedra” en el zapato para los derechos humanos en México. Una comisión que nos debería defender de los abusos del gobierno, cohabita con el gobierno FOTO: WEB

La reelección de Rosario Piedra Ibarra como encargada de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos no es sorpresa. En el Senado, así como en la Cámara de Diputados, se lleva a cabo la voluntad de una persona, en este caso de la presidenta Claudia Sheinbaum. Cualquier discusión anterior, cualquier serie de preguntas, cualquier requisito es parte de una trama burlesca que simula una democracia en México. 87 votos de 87 senadores de Morena, todos a favor, nadie en contra, le dieron la reelección a Rosario Piedra. Esto a pesar de ser la peor calificada, la menos preparada, la que llevo cartas de recomendación falsas; eso no importó cuando la orden desde el Ejecutivo era que se reeligiera.

Bueno, si a la señora Sheinbaum le hubiera venido en gana poner en la Comisión Nacional de Derechos Humanos al violador Félix Salgado Macedonio, el señor hubiera sido elegido. Eso es lo que hacen las grandes mayorías en las “democracias”. De todos modos, para qué sirve una comisionada de los Derechos Humanos en un país al que no le importan los derechos humanos. Durante su primer periodo como encargada de la CNDH la señora Piedra siempre estuvo del lado del gobierno.

No le importaron los muertos por covid que reclamaban mejor atención, mejores vacunas; nunca le importaron los niños con cáncer que exigían sus medicamentos; nunca le importaron las víctimas del Ejército; nunca le importaron los abusos con los programas sociales. Rosario sólo quería quedar bien con López Obrador, como ahora querrá quedar bien con Claudia Sheinbaum. La señora Rosario se ha convertido en una piedra en el zapato para los derechos humanos en México.

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