Vale mencionar que el relato de Juan Rulfo no sólo es un cuento de espantos, como esos que se contaban en los velorios de patio de vecindad, el relato es también una historia sobre las consecuencias de la revolución, que no a muchos hizo justicia; pero sobre todo, la novela Pedro Páramo es una historia de amor imposible entre el protagonista y Susana San Juan. Estas tres premisas las toma Rodrigo Prieto y las envuelve en un gran trabajo fotográfico para entregarnos un producto fílmico impecable. Pedro Páramo de Rodrigo Prieto es una película visual en la que además podemos escuchar los sonidos de Rulfo. Desde la primera escena, que es también la primera línea de la novela, «Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo», sentimos estar leyendo a Rulfo al mismo tiempo que vemos la película.
Esto sólo nos había pasado con Muerte en Venecia, película de Visconti basada en la novela de Thomas Mann. Si a esto sumamos el trabajo actoral, la película será merecedora de todos los premios que le quieran otorgar. Por supuesto, nos hubiera gustado un Juan Preciado más joven que Tenoch Huerta, pero el actor, que pintaba más para Pedro Páramo, saca con bastante decoro su papel. Dolores Heredia en el papel de Eduviges Dyada realiza un papel impecable, lo mismo que Mayra Batalla en el papel de Damiana Cisneros.
Sorprende la actuación de Manuel García-Rulfo en el papel de Pedro Páramo, una actuación sólida que le da credibilidad al personaje. Es el mismo caso de Roberto Sosa en el papel del padre Rentería. Y que decir del hasta ayer desconocido Hector Kotsifakis en el papel de Fulgor Sedano, un actor que nos hace olvidar repentinamente al Fulgor Sedano interpretado por López Tarso en la versión de Carlos Velo. Pedro Páramo de Rodrigo Prieto es, sin duda, una película que le rinde un gran homenaje a la novela de Juan Rulfo. Una suerte que no ha tenido, hasta el momento, la obra de Gabriel García Márquez.