En muchas ocasiones las cosas se toman de quien vienen, si la persona tiene buenos antecedentes y una impecable calidad moral, tenga por seguro que sus palabras tendrán fuerza y suficiente peso, al menos para ser tomadas en consideración. Por esa razón, cuando escuchamos hablar y amenazar al impresentable senador guerrerense, Félix Salgado Macedonio, azuzando desde su curul con llamar traidores a la patria, a todo aquel que pida ayuda extranjera o que estos consideren a los narcotraficantes como terroristas, simplemente tomábamos es postura como una verdadera charada.
Sin embargo, quien acusó recibo de estas palabras, fue el activista Adrián Lebarón, quien le dijo lo siguiente: «Yo pedí la ayuda de un gobierno extranjero senador @FelixSalMac, y ¿sabe por qué?, porque vi calcinados a mi hija y nietos. Yo vi el vídeo donde los criminales gritan “quémenlos”. Yo me llené de un odio que pido a dios nunca sienta, cuando me dijeron que en ese momento seguían vivos. Yo pido que sean considerados terroristas porque he acompañado a madres Buscadoras, a desplazados, a periodistas víctimas de persecución, a mujeres presas injustamente, a ultrajadas. Por eso pido que venga alguien y ayude a que el terror se calme, porque todos merecemos vivir en paz, con libertad. Si por pedir esto, merezco la cárcel, adelante, aquí estoy. Pero ¿quiénes serían los traidores a la patria?»
Ni hablar, poner frente a frente al activista Lebarón y al impresentable Félix Salgado Macedonio, es como poner dentro de un frasco agua con petróleo, ya que esto podrán estar juntos, pero debido a sus sustanciales diferencias y propiedades, nunca se van a mezclar.