La tragedia sacudió el norte de Londres esta semana tras la confirmación de la muerte de Sarah Cunningham, una destacada pintora de 31 años que estaba desaparecida desde el 2 de noviembre. La comunidad artística y sus seguidores lamentan la partida de quien se destacó por plasmar paisajes de belleza áspera y profunda conexión emocional. La Policía Metropolitana de Londres informó que el cuerpo, hallado en las vías de la estación Chalk Farm, corresponde preliminarmente a Cunningham.
Aunque las autoridades consideran el fallecimiento inesperado, han descartado, por ahora, cualquier sospecha de crimen. Su familia, aun sigue procesando la noticia, por lo que pidió respeto y privacidad. La última persona en verla fue Jack Brown, pareja de la artista, quien relató que Cunningham abandonó su apartamento en Camden la madrugada del 2 de noviembre.
Con el corazón destrozado, la Galería Lisson, que la representaba, compartió una sentida publicación: “Sarah poseía una autenticidad que solo su arte podía reflejar: pura, intensa y de una sensibilidad arrolladora”. Cunningham no solo exponía en Londres sino también en Los Ángeles y Seúl y sus cuadros, que exploraban la naturaleza de manera inusual, fueron un reflejo de su espíritu audaz. En 2023, reveló su visión artística a Artsy: “Me gusta construir lugares que se disuelvan y se reconstruyan, creando algo único cada vez“.