Apenas iniciaban el recorrido todo se salió de control. Los valencianos cabreados por la tragedia que les cayó encima lanzaron palos, lodo e insultos a la comitiva. Pedro Sánchez al ver el enojo de los valencianos salió huyendo. El rey Felipe VI y doña Letizia no huyeron. Felipe VI, con mucha templanza, aguantó los insultos y recibió el barro. Avanzó mientras los españoles reclamaban y conforme avanzaba esos españoles se dieron cuenta de que tenían rey y le pidieron consuelo.
Felipe VI no se echó para atrás. Le preocupaba doña Letizia, pero los damnificados acudieron a su reina para decirle que la bronca no era con la Corona, que la bronca era con el gobierno de izquierda de Pedro Sánchez. Qué gran lección para un presidente de trapo como López Obrador, quien se pasó los 6 años de su gobierno insultando a sus gobernados, echando la culpa a sus antecesores y protegiendo la corrupción de sus hijos.