Juan David Castilla / La tradición del Día de Muertos y Todos Santos se vive de forma peculiar en la comunidad La Orduña, municipio de Coatepec, donde cada 1 de noviembre suenan las campanas de la iglesia San Sebastián, enclavada en el mismo terreno del panteón de la localidad.
El sonido retumba durante las 24 horas del día en la pequeña localidad del Pueblo Mágico de Coatepec, donde tienen la creencia de que esto permite guiar a los muertos hacia el plano terrenal.
A las 12:00 horas, diversas personas suben al campanario de la capilla y concluyen la actividad hasta las 12:00 horas del 2 de noviembre con una misa.
De acuerdo con Alma Nieves Romero Molina, una de las encargadas del panteón, la tradición data desde hace decenas de años, donde participan niñas y niños, adultos y adultos mayores.
“Pues vienen aquí las visitas de fueras, vienen a visitar sus hermanos difuntos. Pues algunos comen aquí con ellos, algunos. Tocan la campana, empiezan el viernes, empiezan a las doce, hasta el otro día a las doce, paran de tocar las campanas, se van turnando, vienen niños, personas adultas de todas las edades, pasan a tocar la campana”, expresó.
En la entrada principal se observa una placa para dar a conocer que el templo fue edificado desde el año 1905. En la parte trasera está el panteón con más de 400 tumbas.
“Dicen que es la única que tiene pegado el panteón con la iglesia y que es la única. Me parece que está así, salen y ya entran con su difunto. Aquí es creo que la única cerca de que tiene su panteón, así cerquita, porque la mayoría de las iglesias tienen retirado su panteón. Tienen que caminar un buen tramo para llegar a sus panteones”, añadió Alma Nieves.
La iglesia se ubica entre las calles Miguel Hidalgo y La Florida, cercano a la exhacienda de La Orduña, donde cada temporada de Todos Santos se congregan las familias para recordar a sus fieles difuntos.