El drama que se está viviendo en el OPLE, con el retiro de la diputación plurinominal a Elizabeth Morales y la asignación ipso facto a Vicente Aguilar, líder del Partido del Trabajo en Veracruz, sólo se puede explicar como una traición o un ajuste de cuentas. Fue Vicente Aguilar quien le abrió las puertas a Elizabeth, siendo que la señora nunca había sido militante de ese partido. Después de salir repudiada del PRI, la señora Morales buscó un lugar en Redes Sociales Progresistas, el partido de Elba Esther. Nada logró. Después buscó un espacio en Morena, pero también le negaron el lugar.
A Elizabeth Morales sólo le quedaba gastar parte de su reducido presupuesto para comprar una diputación plurinominal por el PT. Después de negociarla, después de acordar el monto, el mismo Vicente Aguilar le abrió la puerta. Pero algo pasó. ¿Qué fue lo que pasó? O no se pagó el monto acordado, o Vicente Aguilar se embolsó el monto pagado y optó por traicionar a la señora Morales, aliándose con las autoridades electorales, para que, por medio de artilugios legaloides, le quitarán la diputación plurinominal a la señora Morales y se la regresaran a él.
Los que conocen la avidez de Vicente Aguilar no dudan que hubo traición, no dudan que Vicente Aguilar faltó a su palabra, como el poco hombre que es. Por supuesto, Elizabeth Morales está en su derecho de impugnar ante el Tribunal Federal Electoral, pero impugnar no le garantiza nada.