“Escribe” Juan Javier Gómez Cazarín, si es que en realidad sabe escribir: «Como siempre, el sufrimiento se ensaña con los más vulnerables. Con los adultos mayores, con los enfermos, con las personas cuyas casas son más precarias y susceptibles al daño, con el que tiene que salir a trabajar a fuerza. Quienes tienen la fortuna de estar bien se toquen el corazón y les echen una mano a los amigos, a los vecinos y a los desconocidos que estén pasando por un mal momento. Cualquier ayuda viene bien. Créanme que cuando se está en una situación así, hasta una toalla y un cafecito con pan valen oro».
Y quiso seguir escribiendo, pero sus lágrimas empapaban la hoja donde anotaba sus beatos pensamientos. Juan Javier Gómez Cazarín no hizo nada por los veracruzanos, mucho menos por los del sur de Veracruz, y ahora quiere, con su perorata sentimentaloide, que lo canonicen.