San Javier Gómez Cazarín, el “santo patrono de los mojados”. Nunca ha hecho nada por sus conciudadanos y ahora quiere que lo canonicen

Cazarín
Juan Javier Gómez Cazarín FOTO: WEB
- en Carrusel, Opinión

Armando Ortiz / Juan Javier Gómez Cazarín estuvo dos periodos como presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso del estado de Veracruz. Fue dos veces diputado local, amigo de francachelas de Cuitláhuac García. Que se sepa nunca hizo nada por los habitantes del sur de Veracruz. No se conocen iniciativas para que se apoyara con recursos el desazolve de ríos o para la infraestructura hidráulica de los pueblos del sur; tampoco exigió al gobierno de su amigo Cuitláhuac García que pusiera atención a la condición en que se encontraban las carreteras de Veracruz. Sin embargo, a unas semanas de dejar el cargo, asoma la mirada a sus conciudadanos y le despiertan sentimientos encontrados. “Escribe” Juan Javier Gómez Cazarín, si es que en realidad sabe escribir: “Como siempre, el sufrimiento se ensaña con los más vulnerables. Con los adultos mayores, con los enfermos, con las personas cuyas casas son más precarias y susceptibles al daño, con el que tiene que salir a trabajar a fuerza. Quienes tienen la fortuna de estar bien se toquen el corazón y les echen una mano a los amigos, a los vecinos y a los desconocidos que estén pasando por un mal momento. Cualquier ayuda viene bien. Créanme que cuando se está en una situación así, hasta una toalla y un cafecito con pan valen oro”. Y quiso seguir escribiendo, pero sus lágrimas empapaban la hoja donde anotaba sus beatos pensamientos. Juan Javier Gómez Cazarín no hizo nada por los veracruzanos, mucho menos por los del sur de Veracruz, y ahora quiere, con su perorata sentimentaloide, que lo canonicen.

No se burlan de México en Harvard, se burlan de los absurdos requisitos para elegir jueces y magistrados. “Cinco cartas de recomendación de tus vecinos”

El ministro Ortiz Mena sólo habló de lo que se encuentra en el documento de requisitos para ser jueces, magistrados y ministros del Poder Judicial. El ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, dijo en una mesa redonda en la Universidad de Harvard, que los requisitos para la elección en el Poder Judicial son tener un promedio de 3 y cinco cartas de recomendaciones de vecinos. Apenas hizo referencia a los requisitos, los presentes en el auditorio de Harvard soltaron las risas. Todavía agregó: “Si cumples con estos requisitos te pueden proponer a la Suprema Corte siempre que ganes una elección”. Cuando a Claudia Sheinbaum le comentaron sobre las risas en Harvard, se envolvió en la bandera de México y se tiró de los balcones del Castillo de Chapultepec: “Nadie se burla de los mexicanos y las mexicanas”. La presidenta de México agregó: “El pueblo de México tomó una decisión y la elección de jueces, juezas… a mí me toca defender a mi pueblo y a mi país y a mi patria y a todos los mexicanos también. Entonces será muy reconocida la escuela de Harvard, pero sería bueno que la escuela de Harvard hiciera una investigación sobre la corrupción en el Poder Judicial mexicano”. Lo que no quiere entender la presidenta de México es que en Harvard no se burlan de México, se burlan de los requisitos anotados en la reforma judicial. Por cierto, de México se burlan los de Morena, quienes inventaron una tómbola para decidir quienes se quedaba como jueces y ministros y quienes podrían ser elegidos como tales. Eso sí es una burla para los mexicanos.

Diputados de Morena no rebuznan porque no se saben la tonada. Piden que comprueben el requisito de las 5 cartas de recomendación; y se los comprueban

El ministro Ortiz Mena dijo en una conferencia en la Universidad de Harvard que entre los requisitos para ser juez, magistrado o ministro en el Poder Judicial se requería, entre otros requisitos, cinco cartas de recomendación de sus vecinos. Eso desato las risas de los asistentes a la conferencia. Pues resulta que diputados de Morena, encabezados por la diputada Antares Vázquez, exigieron que les demuestren que ese absurdo requisito está en la reforma judicial. De inmediato en redes sociales le mostraron esos requisitos, anotados en el artículo 96 que a la letra dice: “Las personas interesadas (…), presenten un ensayo de tres cuartillas donde justifiquen los motivos de su postulación y remitan cinco cartas de referencia de sus vecinos, colegas o personas que respalden su idoneidad para desempeñar el cargo”. Por supuesto, esto indica que los diputados de Morena ni siquiera revisaron el texto de la reforma judicial, ni siquiera se asomaron a los requisitos. Sólo la aprobaron en automático, porque para eso sirven los diputados de Morena, para levantar el dedo y cumplir con lo que su presidenta les diga. Eso sí es una burla para los mexicanos y no las risas en la Universidad de Harvard.

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