Se los dijimos. Este es el México que nos heredó López Obrador. Decapitan al alcalde de Chilpancingo, capital de Guerrero. Antes asesinaron a su secretario

Chilpancingo
Se los dijimos. Este es el México que nos heredó López Obrador. Decapitan al alcalde de Chilpancingo, capital de Guerrero. Antes asesinaron a su secretario FOTO: WEB
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Armando Ortiz / Chilpancingo es la capital de un estado, como capital de Veracruz es Xalapa. En Chilpancingo está el centro de los poderes del estado de Guerrero, donde gobierna la hija de Félix Salgado Macedonio. Desde que llegaran los Salgado al poder se les vinculó con el crimen organizado. Uno de los esposos de la gobernadora Evelyn Salgado era hijo de una narcotraficante. Pero esto no fue motivo de reproche por parte del entonces presidente López Obrador. Hace unos años la anterior alcaldesa de Chilpancingo, Norma Otilia Hernández fue grabada en una reunión con el líder de “Los Ardillos”; tampoco paso nada. Como la señora era de Morena, si la investigaron, no encontraron nada, a pesar de la evidencia. López Obrador siguió guardando silencio, no hizo ningún reproche. La consecuencia de tanta permisividad, de tanta connivencia ocurrió el día domingo 6 de octubre de 2024. El alcalde de Chilpancingo, Alejandro Arcos, de extracción priista, fue decapitado. Note la saña. No lo acribillaron, no lo levantaron y después arrojaron su cuerpo en una carretera. Lo decapitaron, pusieron su cabeza en el toldo de un auto y lo abandonaron en la calle. Días antes habían asesinado a quien iba a ocupar las funciones de secretario de Seguridad. El mensaje es claro y contundente: En Guerrero los que gobiernan, incluso en la capital, son los narcos, y si no pactas con ellos, como lo hizo Otilia, como lo hicieron los Salgado, entonces ahí no puedes gobernar. Este es el gobierno que nos heredó López Obrador, el presidente que hizo más visitas a Badiraguato, Sinaloa (cuna del narco en el país), que a cualquier otro municipio de México.

Alcalde de Chilpancingo decapitado el domingo quería que lo recordaran “como un promotor de la paz, un promotor de la felicidad. Quiero morir luchando por mi ciudad”

El mensaje es brutal. Por respeto a nuestros lectores no subiremos las imágenes de Alejandro Arcos, alcalde de Chilpancingo que fuera decapitado. Algunos portales subieron las fotos. La cabeza del alcalde, que parece la de una persona dormida, está sobre el toldó del auto. Todo indica que no lo torturaron, ojalá así haya sido, pues su rostro está sereno, tranquilo, en paz. Horas antes Alejandro Arcos, un hombre joven, de gesto tranquilo, subió a sus redes un video en donde decía: “A mí me han preguntado cómo me gustaría que la gente me recordara el día que yo ya no esté en esta tierra, y yo les he pedido que me recuerden como un promotor de la paz, un promotor de la felicidad, del desarrollo eso es lo que aspiro en esta ciudad. Yo nací en esta ciudad, aquí he crecido, aquí he hecho mis estudios, aquí he vivido toda mi vida, nunca me he ido, y aquí quiero morir, pero también quiero morir luchando por mi ciudad, por mi municipio”. Ya estaba haciendo mucho por Chilpancingo, visitando las zonas afectadas por el huracán John. Pero el crimen organizado, al que López Obrador le ofreció abrazos, no le dio tiempo para cumplir su deseo a cabalidad.

Claudia Sheinbaum, «amor con amor se paga». Ifigenia salió de terapia intensiva para ungirla presidenta, Sheinbaum va 20 minutos a su homenaje y se retira con urgencia

La sacaron de terapia intensiva para llevarla a la Cámara de Diputados donde tenía que ungir como presidenta a Claudia Sheinbaum. Doña Ifigenia Martínez no estaba bien de salud, la llevaron en silla de ruedas y con un tanque de oxígeno. De hecho, la fundadora del PRD no pudo colocar la banda presidencial a Claudia Sheinbaum, sólo se la puso en las manos. Luego vino el alboroto, todo mundo quería una selfie con la nueva presidenta, por eso se olvidaron de doña Ifigenia; dicen que alguien hasta piso el tubo de oxígeno, por lo que la compañera de batallas de Cuauhtémoc Cárdenas ya se andaba asfixiando. Todo ese esfuerzo hizo doña Ifigenia y después, a los pocos días murió. La nueva presidenta se veía obligada a acudir al homenaje que en la Cámara de Diputados le rendirían a una gran mujer de izquierda. Sin embargo, de acuerdo con reportes periodísticos, la ungida de doña Ifigenia apenas estuvo unos 20 minutos, lo que dura un rosario, y se retiró del lugar de prisa. Ya sabe usted lo que dice el dicho, “amor con amor se paga”.

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