Al general Francisco Jesús Leana Ojeda lo relevaron de la comandancia de la Tercera Región Militar por claridoso. El general dijo que la paz y tranquilidad de Sinaloa no dependía del gobierno, sino de los grupos que se estaban enfrentando: «Queremos que sea lo más rápido posible, pero no dependen de nosotros, depende de los grupos antagónicos que dejen de hacer confrontación entre ellos y que estén dejando a la sociedad en paz». Lo relevaron, pero dijo una gran verdad. La tarde de este lunes, mientras velaban al alcalde de Chilpancingo, decapitado por los narcos, dos alcaldes electos, el de Mazatlán y San Ignacio en Sinaloa, fueron despojados de sus camionetas por grupos del crimen organizado cuando circulaban por la Maxipista Culiacán-Mazatlán.
De acuerdo con información de la revista Proceso «Estrella Palacios, alcaldesa electa de Mazatlán, fue abordada a la altura del poblado de Quilá, al sur de Culiacán en su zona rural y en donde se mantienen algunos enfrentamientos».
Mientras que «Octavio Bastidas, alcalde electo de San Ignacio fue despojado de igual modo de su vehículo Chevrolet Silverado, también color blanco, a altura de Pueblos Unidos, muy cerca de Quilá». Afortunadamente no hubo pérdidas humanas. Sin embargo, este tipo de situaciones muestran claramente que los que dijo el general Leana Ojeda es una verdad inocultable.
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