La madre adoptiva de Kristina había denunciado que el DIF del Estado de México retiró a la joven de su escuela en Zinacantepec, lo que llevó a una disputa pública. Sin embargo, el centro educativo negó cualquier implicación en su desaparición y aclaró que la intervención fue parte de un proceso para protegerla de una situación familiar complicada.
La Fiscalía confirmó que la menor había sido víctima de maltrato en su entorno adoptivo. Las autoridades ahora investigan posibles fallos en la supervisión del albergue que permitieron su fuga. Kristina se encuentra bajo el cuidado de la FGJEM, que sigue realizando las diligencias pertinentes para garantizar su seguridad y esclarecer los hechos.