El martes 1 de octubre Israel se enfrentó a uno de los mayores ataques de misiles en años. Más de cien proyectiles, disparados desde Irán, fueron interceptados por el sofisticado sistema de defensa israelí, evitando una catástrofe mayor en ciudades clave como Jerusalén y Tel Aviv. El lanzamiento masivo de misiles fue una respuesta directa a los bombardeos recientes sobre objetivos iraníes, según informó Teherán. El escudo antiaéreo israelí, conocido por su capacidad de proteger al país en situaciones críticas, actuó con precisión quirúrgica. La Cúpula de Hierro, la joya tecnológica de este sistema, interceptó la mayoría de los misiles de corto alcance que amenazaban zonas urbanas. En Jerusalén, los residentes vieron cómo el cielo se iluminaba con destellos de explosiones en pleno vuelo, mientras las alarmas antiaéreas resonaban por todo.
A través de redes sociales, el ejército israelí compartió imágenes impactantes; misiles cayendo peligrosamente cerca de la Ciudad Vieja de Jerusalén, un sitio venerado por millones de personas en todo el mundo. En el video, las fuerzas armadas subrayaron la gravedad del ataque: «Así es como Irán ataca lugares sagrados para toda la humanidad«, denunciaron. El ejército israelí advirtió que este ataque no quedará sin respuesta. Aunque el sistema de defensa evitó víctimas mortales y grandes daños, el gobierno israelí dejó claro que las consecuencias para Irán podrían ser severas en los próximos días.
El sistema de defensa antiaéreo israelí, desarrollado a lo largo de más de una década, demostró nuevamente su eficacia. Cada vez que el país se enfrenta a una amenaza masiva, la tecnología de la Cúpula de Hierro, junto con otros componentes avanzados del escudo, logra neutralizar peligros potencialmente devastadores. Esta red de protección otorga una sensación de seguridad en medio de uno de los entornos más tensos del mundo.
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