El joven aseguró que en ningún momento se le informó sobre un cobro adicional por el uso de electricidad, lo que provocó su indignación. La historia rápidamente se viralizó, generando miles de comentarios en redes sociales, donde los usuarios se dividieron entre quienes apoyaban al cliente y aquellos que defendían el derecho del restaurante a establecer sus propias tarifas.
Los críticos señalan que 500 pesos es un costo excesivo para algo tan común como cargar un celular y consideran que, al no informar previamente, el restaurante actuó de manera poco ética. “Es un abuso, deberían haberle advertido desde el principio”, comentó un usuario. Otros apuntaron que esto afecta la experiencia del cliente y daña la reputación del local.