El zorro cambia de pelo, pero nunca las mañas, y es que, aunque el presidente López Obrador diga que no sabía nada de alguna negociación con los Yunes, nadie le cree. Es bien sabido que, dentro de la 4T, incluido todo lo que pasa en Morena, no se mueve un solo papel sin el visto bueno de él. De modo que, aunque jure y perjure que él no sabía, le queda claro a la mayoría, que el ejecutivo federal estaba en contacto con el coordinador de la fracción morenista en el senado y que sabía que el voto que hacía falta para que pasará la reforma al poder judicial, saldría del senador Miguel Ángel Yunes Márquez.
Es verdad que, en la política, pero sobre todo en la mexicana, nada está escrito, nadie hubiera imaginado que Morena sacaría adelante su dichosa reforma judicial, con el voto de uno de sus acérrimos críticos.
Con esta incursión yunista, no solo cambia el escenario nacional, sino que en tierras veracruzanas la configuración política se tendrá que reconfigurar. En otras palabras, es posible que, de aquí en adelante, tanto panistas como morenistas, tendrán que estar durmiendo con el enemigo
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