Sé que el gobierno de Cuitláhuac García se ha ensañado con el exgobernador, con sus hijos y parientes. Jorge Winckler está en la cárcel desde hace años de manera injusta por capricho de Cuitláhuac y del Bola 8, otros de sus colaboradores también han sido perseguidos. El agravio en contra de los Yunes por parte de Cuitláhuac García, un pelele cualquiera, no un enemigo digno, debe doler en el orgullo.
El agravio de una fiscal espuria como Verónica Hernández Giadáns debe ser una espina en el pie que molesta al caminar. Los agravios de Éric Cisneros Burgos, Bola 8, quien ahora se esconde en Yucatán, no se olvidan. Esos, y otros agravios, siguen presentes. Cuando recuerdo todos los agravios que esa clase política estulta ha cometido en contra de los Yunes sólo me viene a la mente una frase que, en resumen, lo explicaría todo: «Aunque sea lo último que haga en la vida se lo cobraré a todas y a todos los agresores, no tengan duda, nada es para siempre, tampoco el poder».