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Juguito de Piña para el presidente

Ministra Norma Piña y Andrés Manuel López Obrador FOTO: WEB

Si Jazmín Esquivel, la ministra que plagió su tesis de licenciada en derecho, hubiera logrado llegar a la Suprema Corte de Justicia de la Nación como titular, tal vez el presidente López Obrador no tendría tanta prisa en impulsar la reforma al poder judicial. Sabría que una incondicional al frente del Poder Judicial, esta le permitiría tener el control total de una institución que le ha parado en seco varias reformas. Por eso, ahora sale a decir que una intervención de la Suprema Corte en medio del proceso legislativo, a días de que se vote el proyecto en el Senado, no tiene fundamento legal.

Es un hecho que la presidenta de la SCJN se ha convertido en un fuerte dolor de cabeza para el presidente. Desde el mismo momento en que la ministra presidenta no se puso de pie ante la entrada del ejecutivo federal, se lanzó el primer mensaje, de que el poder judicial, no estaría sometido al presidente como lo hizo el inefable Arturo Zaldívar, quien al parecer ya olvidó que cuando estuvo como ministro defendió la procedencia de recursos en contra de reformas constitucionales.

Sin embargo, ahora que forma parte de la 4T, está a favor de la reforma al poder judicial. Por lo pronto, el presidente López Obrador sabe que está enfrentando a una mujer que tiene bien fajada la toga y bien puesto el birrete.