Las dos alcaldesas de oposición recibieron la misma respuesta. Pero no sólo no recibieron ayuda, también fueron amenazadas, a las dos les pidieron que renunciaran si no podían con el encargo. Cuitláhuac García le dijo Rosalba Rodríguez: “Yo pienso que si ella no puede con su municipio debería renunciar, si ella considera que su municipio ya no lo puede atender eso daría validez a uno de los preceptos que están para desaparecer poderes en el municipio”.
Afortunadamente Rosalba Rodríguez no murió en el ataque armado. Sin embargo, queda clara la indefensión en la que queda, y el nulo apoyo por parte de Cuitláhuac García, quien al parecer tiene la intención de dejar el estado de Veracruz como el excusado de su casa, atascado de heces fecales, esperando a que los que lleguen limpien su porquería.