Zambadas y Chapitos

Zambadas
Zambadas y Chapitos FOTO: WEB
- en Opinión

Jorge Flores Martínez / Ya pasaron muchos días y el presidente no tiene la menor idea de cómo fue que se entregaron el Mayo Zambada y el Chapito en El Paso, Texas. El tema da para mil interpretaciones, cada una peor que la otra.

No se trata de un honor, tener a estos delincuentes es una desgracia para nuestro país. Los niveles de violencia y desprecio a la ley son terribles, las complicidades espantosas, los vínculos con los cuerpos de seguridad son podredumbre total. En términos estrictos, esa gente es la dueña del país, ponen a los gobernantes que les convienen, marcan agenda y disponen lo que quieren en un país donde la ley y el orden se los pasan por el arco del triunfo.

Lo sorprendente es que un día por una razón absolutamente desconocida e incomprensible, el más importante jefe de los carteles de drogas del mundo y el hijo del narcotraficante más famoso, deciden tomar un avión en un lugar desconocido y llegar a un aeropuerto cerca de El Paso, Texas, para entregarse a las autoridades norteamericanas.

Mientras tanto, en Palacio Nacional no tienen la menor idea, no cuentan con información de nada, ni del vuelo y menos de la salida de territorio nacional de dos de los delincuentes más buscados en el mundo y que se supone, tenían orden de aprehensión en nuestro país.

Dicen los que saben, que “El Mayo” Zambada es una enciclopedia de la delincuencia y el tráfico de drogas. No hay necesidad de decirlo, pero el que tiene la información tiene el poder y la narrativa. Ahora serán los gringos los que dispongan de la información.

En otras cosas, lo que sucede en Venezuela es una aberración inaceptable en nuestra región. Un gorila desvergonzado pierde una elección, realiza un fraude monumental y se proclama vencedor absoluto y total. El continente se suma al pueblo venezolano y le exige al tirano Nicolás Maduro que acepte el resultado y se deje de estupideces. La Unión Europea se une al reclamo y así todas las democracias del mundo. En un primer momento Brasil y Colombia se mantuvieron al margen, ahora solo es México, Cuba y Nicaragua los que defienden a Maduro y al Chavismo.

Defender a un orangután como Maduro y decirse demócrata no tiene forma de ser posible. Es una vergüenza que México apoye tiranías dictatoriales como la venezolana o la cubana. Me entristece mucho estar como país en el lado equivocado. Pero la agenda cubana es la que domina en nuestro país y una vez que Venezuela se quite el yugo de la isla, seremos nosotros los mexicanos los que paguemos y mantengamos la ideología castrista de Socialismo o Muerte.

No me puedo retirar sin hablar de sexo. Todo un tema el de las boxeadoras en estos juegos olímpicos. Para la Asociación Internacional de Boxeo, tanto la argelina Imane Khelife, como la Taiwanesa Lin Yu-Ting, no cumplen con los criterios de elegibilidad tras las pruebas de genero para competir en la categoría femenil. Para el Comité Olímpico Internacional es suficiente que su pasaporte y documentación oficial las considere mujeres.

Yo no sé, es un tema que debo aceptar me rebasa. Sus competidoras, una de ellas mexicana, hace un par de años dijo que nunca la habían golpeado con tanta fuerza y la Italiana pidió suspender la pelea por la fuerza de los golpes de la boxeadora argelina.

El asunto es que estas boxeadoras fueron registradas niñas, educadas como niñas, compitieron como niñas, se relacionaron como niñas y ahora como mujeres practican un deporte de contacto como el Box en el cual tienen una ventaja competitiva.

Impedirles compartir como mujeres es discriminarlas, pero dejarlas competir en una categoría femenil es posiblemente, como lo señala la Asociación Internacional de Boxeo, un riesgo para sus oponentes.

Mi opinión es que sean criterios científicos y no las ideologías y lo “políticamente correcto” lo que determine estos temas.

Mientras tanto, esperemos lo que declare Zambada y el Chapito. Será muy intenso y de muchas respuestas. Por fin sabremos, como decía el poeta y filósofo tabasqueño, ¿Quién pompo?

Quien pompo tantas campañas, carreras políticas, cargos públicos

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