Para el presidente de México en su gestión sólo se ven victorias, logros, proyectos que cambiaron el rostro de la nación. Sólo un problema reconoce López Obrador, un problema, dice él, que no se ha solucionado, la extorsión. Sin embargo, no reconoce que entre los maestros de educación pública exista el problema de la extorsión. En estados como Oaxaca, Guerrero, Michoacán, Estado de México y Puebla el problema de la extorsión a los maestros es algo que se ha ignorado en todo este sexenio. Los miembros del crimen organizado exigen cuotas a los maestros para que puedan acudir a sus planteles a dar clases. Les exigen cuotas altas y de no pagarlas sus familiares pueden ser agredidos o asesinados.
Algunos maestros comentan que antes los cárteles sólo «movían droga. Pero ahora aparte de mover estupefacientes, extorsionan, secuestran y controlan la prostitución, entre otras actividades, pero probablemente una de las más grandes y redituables es la extorsión». Los mismos maestros reconocen que no hay una estrategia para combatir la extorsión.
Algunos maestros entrevistados por el periódico El Universal comentaron: «La realidad es que la estrategia actual no está diseñada para el combate a la extorsión. ¿Qué ha hecho la Guardia Nacional? La Guardia Nacional patrulla caminos, la Guardia Nacional de pronto en algunos municipios se sube al transporte público para disuadir los asaltos en transporte público. Pero en realidad no existe una estrategia, un tipo de operativo nacional contra la extorsión».
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