La policía está para salvaguardar al ciudadano, para cuidarlo y protegerlo de los delincuentes, para ello se les contrata y se les da capacitación. En su entrenamiento, antes de salir a las calles, se supone que reciben cursos de derechos humanos. Hay que reconocer, que en casi todas las policías, existen buenos elementos. Sin embargo, también se cuelan elementos acomplejados que logran burlar los exámenes psicométricos, que al momento de recibir un uniforme y un arma, pierden el piso y se convierten en individuos soberbios y prepotentes. Como es el caso de los policías preventivos de Banderilla, quienes el pasado sábado 13 de julio, detuvieron a Inocencio Vázquez Rivas, apodado «Chencho», este fue detenido por la Policía Preventiva de Banderilla, cuando se encontraba bebiendo en la zona conocida como «La Mazorca».
Sin embargo, dos días después, falleció a causa de las lesiones que le causaron presuntamente los elementos preventivos. Sus familiares lamentan el fallecimiento y exigen una investigación profunda ya que “Chencho”, aunque era alcohólico era un ciudadano que no molestaba a nadie.
Su hermano dice: «A mi me informaron que habían agarrado a mi hermano, que los preventivos lo agarraron y lo subieron a la camioneta y se lo llevaron con rumbo desconocido. Al siguiente día me hablaron para informarme que lo tenían todo mal herido, golpeado (…) lo llevamos al hospital, pero estaba muy mal y hace unas horas falleció». Lo hemos señalado, la policía en el estado de Veracruz, en lugar de proteger a los ciudadanos, los maltrata, golpea y hasta les puede arrebatar la vida.
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