Y es que, sería mala señal, que saliera nuevamente a la luz investigaciones periodísticas señalando, que los hijos del presidente siguen mamando de la ubre del gobierno, tenga por seguro, que la mayoría de los mexicanos, concluirían que lo están haciendo la venia y complacencia de la nueva presidenta.
Claudia Sheinbaum deberá demostrar autonomía, integridad y, sobre todo, mucho valor para irse desprendiendo del cordón umbilical que la une a su mentor. Ella lo sabe que es necesario, si quiere crecer y contar con la unificación de un país que cada día se encuentra más dividido. Es inevitable, tarde o temprano, ella deberá ser la única que tome las decisiones en su gobierno. Que recuerde también, que para eso votaron por ella.