Qué tal que llegue en la cajuela de un auto

Yunes
Miguel Ángel Yunes Márquez FOTO: ESPECIAL
- en Opinión

Bernardo Gutiérrez Parra / En septiembre del 2010 Julio César Godoy Toscano, (medio hermano de Leonel Godoy, entonces gobernador de Michoacán), burló el cerco policiaco que desplegaron elementos de la PGR alrededor del Congreso en San Lázaro para detenerlo, y tomó protesta como diputado federal.

Julio César anduvo varios meses a salto de mata huyendo de la PGR que lo acusaba de tener nexos con el cártel de la Familia Michoacana. Pero con ayuda de sus cuates perredistas entró a San Lázaro en la cajuela de un auto, se escondió en la oficina de Alejandro Encinas y cuando el escenario estuvo dispuesto, tomó protesta como legislador federal por Michoacán.

Quizá esto deba hacer el senador electo Miguel Ángel Yunes Márquez si quiere evitar que lo detengan. Y es que desde hace semanas nomás no la ve llegar con un pendientito que tiene en la Fiscalía de la señora Verónica Hernández Giadáns.

La dependencia lo acusa de uso de documentos falsos, falsedad ante la autoridad y fraude procesal; delitos que no ameritan prisión preventiva oficiosa. Pero sabedor de la manera en que se cuecen las habas en este gobierno, ha desobedecido tres citatorios y estaría en un tris de ser prófugo de la justicia, si no fuera porque sus abogados presentaron justificantes médicos que avalan un quebranto en su salud.

Se supone que hoy a las dos de la tarde y desde Jacksonville, Florida donde convalece, Yunes Márquez comparecerá ante el juez Oscar Lozada Hernández vía teleconferencia. Pero de eso a presentarse personalmente en el juzgado, ni loco que estuviera porque de inmediato lo van a detener.

Sabe que al gobernador Cuitláhuac García, a la Fiscal Hernández Giadáns y a los jueces a modo, les importa un pito violar la ley con tal de encerrar a los enemigos de la 4T. Y los Yunes Linares-Márquez se cuentan entre los peores.

Cuando pregunté a un analista político si López Obrador estaría detrás de la persecución contestó afirmativamente. “¿Es porque Miguel Ángel hijo le dijo viejo guango?”, agregué. “Es por eso y por todo. Y antes de irse, el presidente quiere pasarles la factura”, indicó el analista.

¿Y por qué hasta ahora?

“Hubo un intento de Morena para llevarse a los Yunes a su terreno a cambio de perdón e impunidad. Ese acercamiento lo pactó el ex secretario de Gobierno Eric Cisneros, pero cuando Eric rompió con Rocío Nahle el pacto se fue al hoyo. López Obrador esperó a que pasaran las elecciones y se reconociera el triunfo de su candidata para ir contra los dos Migueles. Y es lo que está haciendo ahora”, finalizó el analista.

Ante este panorama, al senador electo le quedan dos caminos: seguir evitando pararse frente al juez Lozada Hernández mediante justificantes médicos. O emular a Julio César Godoy.

Aunque esto tiene sus bemoles.

Julio César estuvo como legislador federal sólo dos meses y medio antes de que lo desaforaran. Y desde el 14 de diciembre del 2010 es prófugo de la justicia y de la Interpol que también lo anda buscando.

Ahora, una cosa es que te acusen de falsificar unos papeles que te servirían para ser alcalde de un municipio donde no naciste y otra que te acusen de narcotráfico. Y en ese sentido Yunes Márquez la lleva un millón de veces más tranquila que el ex legislador michoacano.

Aunque esto no le quita que Andrés Manuel y sus esbirros veracruzanos lo encarcelen violando la ley. Ley que por cierto violó en innumerables ocasiones con sus enemigos políticos su señor padre cuando fue gobernador.

¿Qué va a suceder?

A López Obrador le quedan 80 días en el cargo, tiempo en que con la mano en la cintura puede encarcelar a Miguel Ángel Yunes Márquez y dejarlo sin la senaduría que ocupará Miguel Ángel Yunes Linares… Claro, también si lo deja llegar.

Quizá alguien diga que ojalá no lo dejen porque está mal que un hijo y su padre se agandallen una curul como si fuera coto familiar Y ese alguien tendrá toda la razón.

Pero si los encarcelan será la primera vez que Veracruz que se quede sin representación en la Cámara Alta.

De ahí que la posibilidad de que uno de los dos llegue al Congreso en la cajuela de un auto a tomar protesta, se pueda convertir en la más viable opción.

Lo que venga después, ya se verá.

Fue la cruda

En el último renglón de mi columna de ayer escribí: “Para HACER más justos…”, en lugar de “Para SER más justos…”. Agradezco a quienes me hicieron ver mi error evidentemente involuntario, que fue consecuencia de una cruda muy mal llevada.

(Eso es todo chinche ignorante. Échale la culpa a la cruda que no puede defenderse).

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