Armando Ortiz / Durante la pasada contienda electoral los alcaldes de Morena se valieron del cargo para acosar a los opositores, los que apoyaban la Alianza “Fuerza y Corazón por Veracruz”. En Hueyapan de Ocampo, donde el alcalde es Juan Gómez Martínez, padre del presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso de Veracruz, Juan Javier Gómez Cazarín, hubo denuncias de acoso por parte del alcalde en contra de opositores. Dos de ellos, Aurora y Delfino, grabaron ese acoso. Los policías municipales los detenían de manera arbitraria para intimidarlos. En el video que se subió a redes Delfino acusaba: “Somos perseguidos por el Ayuntamiento nomás porque andamos apoyando a un partido diferente”. Los opositores acosados señalaban que si algo les ocurría la responsabilidad debía caer sobre Juan Gómez Martínez, padre de Cazarín, quien les enviaba a los policías para intimidarlos. El día lunes 8 de julio Delfino y Aurora fueron asesinados. Reportes indican que supuestos sicarios los persiguieron hasta darles alcance, entonces los asesinaron. Vale mencionar que Juan Javier Gómez Cazarín acaba de ser arrumbado al cargo de delgado de Gobernación en Veracruz. Un cargo que, por cierto, no le otorga Rocío Nahle, sino el gobierno federal. Gómez Cazarín buscaba el cargo de secretario de Gobierno, el encargado de la política interior en Veracruz. ¿Se imaginan a un secretario de Gobierno con un padre como Juan Gómez Martínez, involucrado en este tipo de crímenes?
Dice López Obrador: “No me acuerdo de nada que haya yo ofrecido, que no vaya a cumplir”. ¿Y la gasolina a 10 pesos? ¿Y los servicios de Salud como Dinamarca?
Le dicen el “Cínico”, y cínico viene de perro. En todas las campañas presidenciales en las que participó López Obrador se la pasó diciendo que tan pronto llegara al poder él iba a bajar el precio de las gasolinas. En su última campaña dijo que iba a poner la gasolina a 10 pesos. También dijo que iba a sacar al Ejército de las calles, pero en su sexenio no sólo dejó al Ejercito en las calles, sino que además los empoderó. En este sexenio, una y otra y otra vez dijo que los servicios de Salud de México iban a estar como los de Dinamarca. Todavía hace unas semanas volvió, con el cinismo de siempre, a decir que el septiembre México iba a tener servicios de Salud como los de Dinamarca. Al menos estas tres cosas no las cumplió. De hecho, podríamos llenar páginas enteras para anotar las cosas que no cumplió. Pues a pesar de estas cosas evidentes, López Obrador, presidente de México, quien ya va de salida, declaró: “No van a quedar pendientes, todo va a quedar cubierto hasta diciembre. No me acuerdo de nada que haya yo ofrecido, que no vaya a cumplir». ¿Así o más cínico? ¿Así o más perro?
23 exjefes de estado rechazan reforma al Poder Judicial de AMLO. Pero entre ellos están Calderón y Fox. Menos los va a pelar López Obrador
Pierden el tiempo los exjefes de Estado de 23 países, que integran la Iniciativa Democrática de España y las Américas (IDEA). Pierden el tiempo en su exhorto, al manifestar su rechazo a la iniciativa de reforma al Poder Judicial del todavía presidente López Obrador. La IDEA señala: “Rechazamos enérgicamente cualquier Intento de modificar el sistema judicial que pueda debilitar la independencia y autonomía de los jueces, magistrados y ministros del Poder Judicial mexicano, incluido el Tribunal Electoral; como la propuesta del partido oficial Morena, que busca implementar elecciones populares para la selección de estos cargos, haciéndolos depender de influencias políticas, comprometiendo la imparcialidad de sus ministerios y haciéndolos presa de una justicia de opinión”. Todo, bien, propositivos y congruentes. Sin embrago, entre los 23 exjefes de Estado firmantes, además de lván Duque, Guillermo Lasso, Mauricio Macri y Mariano Rajoy, incluyeron a Felipe Calderón y a Vicente Fox. ¡Un poquito de sentido común señores! El necio que reside en el Palacio Nacional de México detesta, abomina, vomita, escupe defeca a Vicente Foz y a Felipe Calderón. De entrada, sólo poner esos dos nombres en su lista de exjefes de Estado invalida cualquier esfuerzo que hagan por hacer entrar en razón a ese necio.
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