López Obrador se va a ir a “La chingada”, esperemos que, de manera literal, a ese rancho y al ostracismo, como le sucedió a Vicente Fox. Se va a ir y nos va a dejar una bomba de tiempo con la reforma al Poder Judicial. Que los jueces y magistrados sean elegidos por el pueblo es un despropósito semejante a lo que ha sucedido en las legislaturas estatales y la federal. Llegan como diputados a los congresos muchos jumentos que no rebuznan porque no se saben la tonada; ah, pero fueron elegidos por el pueblo. Pues lo mismo habrá de pasar en el Poder Judicial y AMLO, quien se va a estar muy quitado de la pena en su rancho rascándose las “santas partes”. Pero pudo haber sido peor.
Sobre la experiencia que se espera de un juez o magistrado el presidente dijo que no es necesaria. En su conferencia mañanera el presidente declaró: «Nosotros no queremos que se apruebe, sin quitar una coma, nuestra iniciativa, si se va mejorar, enriquecer, pues adelante. Por ejemplo, se nos fue en la incitativa de que tiene que tener cinco años de experiencia, los que puedan participar como jueces, magistrados. Yo he estado en contra; sin embargo, se nos pasó, porque yo soy más partidario de que una mujer, un hombre que se titula como abogado sale, pues con mucho entusiasmo de hacer valer la ley».
Pero qué se puede esperar de López Obrador, si puso en la Suprema Corte de Justica de la Nación a una plagiaria. Ya, por favor, que pase el tiempo y que este esperpento de presidente se vaya al basurero de la historia.
Comentarios