A Marisol Alicia Delgadillo Morales, mandamás del Organismo Público Electoral (OPLE) le ha quedado grande la silla. Su trabajo en la organización de las elecciones pasadas, se sabe, descansó en los hombros de la base trabajadora. Su sesgo a favor del oficialismo gobernante es muy bien conocido. Además, el organismo que ella dirige se ha declarado incompetente para resolver las acusaciones de acoso laboral y sexual contra el consejero Quintín Dovarganes, por parte de dos empleadas. Por cierto, este consejero fue denunciado en varios medios, por haber operado a favor de Morena en las elecciones pasadas.
En el caso de una denunciante, donde el consejero le pidió que hubiera “algo” entre ellos, la Sala Superior del Tribunal Electoral del poder Judicial de la Federación, ya ha señalado las irregularidades que cometió el OPLE, por ejemplo, no se le aceptó la denuncia y la Unidad de Género de este organismo solo es un florero que solo sirve de adorno.
Y es que el hidrocálido Quintín Dovarganes, no porque sea de Aguas Calientes, sino por dejarse llevar por sus lúbricos deseos, seguramente se siente protegido por la presidenta del OPLE, ya que el funcionario sabe, que mientras este sirviendo a los intereses del amo, nadie lo puede tocar. Al menos, eso es lo que parece hasta el momento.
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