Sin embargo, al parecer, el presidente olvida por completo, que Carlos Loret de Mola y Lorenzo Córdova, no son servidores públicos, y aunque lo fueran, la ley de confidencialidad, prohíbe exhibir los sueldos y datos personales de cualquier ciudadano.
«Nosotros no somos autoritarios, nada más que ya basta de hipocresías. Es característica del conservador, que son muy hipócritas, corruptos y autoritarios. Lo puedo probar científicamente. Es histórico», dijo un personaje cínico, que hasta el momento no ha aceptado que sus hijos están hasta el cuello en el estiércol de la corrupción. Claro que para el presidente sus socoyotes, son unas blancas palomitas. Los malos, son los de Latinus que sean atrevido a denunciar sus queridos hijos.