Lo inesperado ocurrió. La tarde-noche del viernes cinco de julio, la selección canadiense eliminó a Venezuela y avanzó como semifinalista de la Copa América para enfrentarse nuevamente a la Argentina de Lionel Messi. Los analistas de fútbol consideraban a esta selección como la más débil de su grupo, conformado por Perú, Chile y Argentina. Sin embargo, sorprendieron y avanzaron como segundos tras una victoria y un empate, listos para medirse contra Venezuela, que terminó tercero en la tabla de posiciones de la Conmebol, considerada la federación más complicada para avanzar al Mundial.
El partido fue reñido y, aunque terminó en empate en el tiempo regular, los seleccionados de la hoja de maple demostraron su calidad en los penales, llevándose el triunfo. Canadá no tiene una tradición futbolera; destacan en el hockey sobre hielo, pero han demostrado que con una buena administración deportiva y humildad, pueden llegar lejos.
Mientras Canadá está entre las mejores cuatro selecciones de la Copa América, México fue eliminado en la fase de grupos y ha sido objeto de críticas internacionales. Los medios que inflaban las expectativas de los “ratones verdes” ya no tienen argumentos para defender el desempeño de los seleccionados nacionales. En el pasado, México era considerado el Gigante de la Concacaf, pero con el tiempo perdió ese puesto ante Estados Unidos, aunque ellos también tuvieron un mal desempeño en este certamen. Quizás el verdadero gigante de la región ahora sea Canadá.
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