Obra de Gigantes

Obra
Estadio Xalapeño Heriberto Jara Corona FOTO: WEB
- en Opinión

Jorge Flores Martínez / En estos días he estado con el asunto del Estadio Xalapeño que, el próximo año cumple su primer centenario y solo puedo estar asombrado de la extraordinaria obra y la increíble complejidad de recursos, planeación y construcción que representó en su tiempo su construcción.

Se trató de una proeza sin comparación, se construyó de cimentación a terminación en solo 79 días. Un logro de planeación y dirección del Ingeniero Modesto Rolland Mejía.

Cuando uno revisa la documentación y la bibliografía existente sobre nuestro querido Estadio Xalapeño solo es para asombrarse, la cubierta de más de tres mil cien metros cuadrados fue colada sin interrupción en 17 días. Los aleros de 10 y 15 metros son un verdadero reto estructural y sus 35 columnas como soporte y sistema de desagüe pluvial son de una inteligencia y racionalidad sorprendentes. Sin la menor duda es una obra que debe cuidarse y salvaguardarse como uno de los mayores tesoros de Xalapa.

Estoy fascinado con la historia del Estadio Xalapeño, tiene todo para estar orgulloso. Un gobernador con una férrea voluntad de transformar su estado, un ingeniero cuidadoso y preciso, una sociedad entusiasta y una comunidad intelectual que arrecia con ideas modernas y verdaderamente progresistas que van mucho más allá de los ideales de una Revolución Mexicana recientemente consumada.

No imaginan solo un estadio, la idea es una nueva ciudad, una Atenas Veracruzana, donde la cultura, ciencia, arte y deporte sean los pilares esenciales de la transformación de una sociedad más igualitaria y justa.

Todo es un escenario perfectamente visualizado que va desde las Virtudes del Parque Juárez como marco de perspectiva que se proyecta en la cubierta del Estadio Xalapeño con sus columnatas como acceso principal y una pérgola que cierra el conjunto monumental junto con una serie de edificaciones de educación y salud en esa ciudad Jardín proyectada por el gobernador Jara y el ingeniero Rolland.

De estas lecturas me resultan sentimientos encontrados, el primero un orgullo de tener un estadio increíble en nuestra ciudad, posiblemente el estadio más bello del continente; el otro sentimiento es de decepción y algo de culpa, no entiendo porque no podemos hacer nada ni siquiera parecido en la actualidad.

Destruimos la Pérgola que era el remate de nuestro estadio, construimos en su lugar una Torre Cinética que era una verdadera obra de arte en movimiento, la tiramos a la basura por nuestra mediocridad intelectual. Ahora tenemos un estadio descuidado que parte de su alero es utilizado como parada de Servicio Urbano que son sus humos y vibraciones constantes solo dañan una estructura ya centenaria.

Nos queda grande nuestra ciudad. No sabemos quererla ni respetarla. No queremos conocer su historia ni nos importa lo que representa. El Estadio Xalapeño es una obra con la que inicia el movimiento moderno en Xalapa, ese del estridentismo, de los grandes pintores, intelectuales y poetas. La Xalapa de la Orquesta Sinfónica y de la Universidad

Veracruzana. Esa pequeña ciudad de provincia mexicana que en su orgullo se le pone al tú por tú a cualquier metrópolis en vanguardias artísticas e intelectuales.

Cuidemos nuestro Estadio Xalapeño, festejemos su centenario con la dignidad que merece nuestro extraordinario monumento. Honremos a nuestros hombres y mujeres que han hecho de nuestra ciudad una culta y orgullosa.

Que el centenario de nuestro Estadio Xalapeño sea una fiesta para nuestra ciudad.

Es lo menos que podemos hacer por Xalapa y por su Estadio Xalapeño.

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