López Obrador, los últimos días de un tiranuelo. Prometió el “Paraíso” y entregó un infierno

Obrador
Andrés Manuel López Obrador FOTO: WEB

Todavía se recuerda el discurso de López Obrador en el Zócalo de la Ciudad de México el día que ganó la elección presidencial. Ese día prometió 100 acciones que cambiarían al país. Todavía se recuerda la “Cartilla Moral”, ese documento de Alfonso Reyes que supuestamente enumeraba la clase de políticos que serían los funcionarios de Morena. Todavía se recuerda el anunció de su estrategia para alcanzar seguridad en el país, «abrazos, no balazos». Todavía se recuerdan las promesas de combate a la corrupción, al influyentismo; la ponderación de la honestidad. De todo eso sólo queda polvo. López Obrador proclamaba una cuarta transformación, como la independencia, la reforma o la revolución, a cambio sólo polvo.

Señala el periodista Héctor de Mauleón sobre este tiranuelo que ya respira sus últimos días en el poder: «En vez de los aplausos y los vítores que en sus delirios de grandeza histórica esperaba recibir, al compararse diariamente con Juárez, con Madero, con Cárdenas, un importante sector de la prensa le entregó los reportajes que revelaban la corrupción de sus cercanos, de sus hermanos, de sus hijos. No pudo desmentir una sola línea sobre los jugosos negocios que significó para estos, por ejemplo, la construcción del Tren Maya. Lo que sí pudo hacer es desautorizar a los mensajeros: insultarlos, calumniarlos, colocarlos en la mira del odio. El suyo fue un sexenio de insultos y escupitajos lanzados todos los días desde un micrófono. Fue avanzando paso a paso.

»Sin el menor escrúpulo y con la mayor impunidad, violó leyes que protegen a los ciudadanos frente a los abusos del poder: reveló direcciones, números telefónicos, datos sensibles de quienes le habían colocado ante el rostro, no la imagen del prócer que su ego infinito esperaba ver, sino el espejo turbio que mostraba el nepotismo, la corrupción desvergonzada, los errores monumentales que cometió a lo largo de su sexenio y que muchas veces costaron vidas, además de los miles de millones de pesos que sus caprichos tiraron a la basura».

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