La Libertad de Expresión, al menos en el contexto histórico que vivimos en nuestro país, no se puede ejercer a cabalidad. Los riesgos por ejercer esta libertad son muchos. A pesar de que el estado está obligado a garantizar la Libertad de Expresión, con su actitud omisa, apática, en algunas ocasiones cómplice y agresiva, ha contribuido a que se dé un clima de completa inseguridad. La cantidad de periodistas asesinados por ejercer su oficio y la impunidad en que quedan esos crímenes es un síntoma de la descomposición social en la que vivimos.
Si el estado no puede garantizar la seguridad de un periodista, entonces el periodista debe tomar medidas para garantizar su propia seguridad, y una de esas medidas es la autocensura. Recientemente se publicó un libelo en el que se incluyó a un número grande periodistas que, en su momento, ejercieron su derecho a informar, a opinar. En el libelo se amenazaba de represión en contra de esos periodistas.
Por supuesto, como anotamos en su momento, no creímos que ese libelo hubiera sido redactado o sugerido por Rocío Nahle, pero hasta el momento la señora no se ha deslindado de las amenazas que otros lanzan a su nombre. Si bien el gremio de los periodistas se ha arrogado el derecho de celebrar el Día de la Libertad de Expresión, la Libertad de Expresión pertenece a todos los ciudadanos, todos, por los medios que deseen, pueden ejercer ese derecho y si quieren pueden sumarse a esta celebración.