Un fenómeno que se ha dado en las campañas electorales es que, cerca del final de la contienda, al evaluar los resultados del candidato que se apoya o del partido en el que se milita, muchas personas que participaron con tal o cual candidato, al final deciden adherirse con el candidato que se perfila como ganador. Tiene sensatez la decisión, otros dirían que hay cierta conveniencia. Ven que la balanza se inclina hacia un lado y todos quieren participar del triunfo. Por supuesto, todavía es tiempo de sumar, de empujar juntos para que podamos aspirar a un gobierno verdadero, no un gobierno de remedo que se ha olvidado de los veracruzanos.
Es por ello que se les recibe si lo que buscan es apoyar un cambio, si quieren participar de ese cambio. A unas semanas del final de las campañas líderes de Morena se adhirieron a la campaña de Pepe Yunes, líderes de Fuerza por México también se adhirieron a la campaña de Pepe Yunes, lo mismo que los líderes de Redes Sociales Progresistas y recién nos enteramos que militantes de Movimiento Ciudadano abandonan a sus candidatos balines para sumarse a la campaña de Américo Zúñiga y de Pepe Yunes.
¿Por qué esos militantes arrepentidos no buscaron cobijo en el partido oficial? Pues porque ya se dieron cuenta de que en Veracruz las elecciones las va a ganar un “veracruzano de verdad”. ¿O no será que ya se dieron cuenta que desde el centro del país hay una orden a los morenos de tirar la toalla?
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