Sergio González Levet / Me decía un paisano, cierta vez que había sido embaucado por un tipejo: “Lo que calienta es el modito. Como que le gustó verme la cara, y eso es algo que no puedo soportar”.
Tal vez muchos maestros de educación básica van a pensar lo mismo cuando se den cuenta que el anuncio presidencial de un aumento del 10 por ciento directo a su salario no es más que una engañifa electoral más. Y lo será porque será imposible para el Gobierno federal pagar el alza que prometió López Obrador.
Veamos, el presupuesto federal para la educación de este año es de un poco más de un billón de pesos, es decir, un millón de millones de pesos (exactamente son un billón 19,449 millones de pesos, que representan el 3.2 del PIB).
Si calculamos grosso modo que en salarios se va casi un 70%, tenemos que se gastan en sueldos a los profesores cerca de 700 mil millones de millones de pesos. Entonces, un aumento del 10 por ciento implica un gasto adicional anual de 70 mil millones de pesos, lo que significa pagar mensualmente un incremento de más de 5,833 millones de pesos.
Pero resulta que el Gobierno de López Obrador no tiene dinero para hacer ese pago. Y ¿por qué no tiene dinero? Pues porque casi todo se ha ido en los costos abultados de sus obras insignia (Dos Bocas, el Tren Maya, la Súper-Farmacia, el AIFA, etc.); en las corruptelas de sus allegados; en los pagos abultados también de los programas sociales.
¿De dónde van a salir los 3 mil millones de pesos para pagar el aumento de la próxima quincena?
Pues de ningún lado, porque no la piensan pagar de ninguna manera. No hay cómo. Por eso saldrán con que se están haciendo los ajustes necesarios para dispersar los sueldos completos, y dirán que eso se va a llevar unos meses, digamos hasta octubre, cuando AMLO ya haya entregado la Presidencia.
O sea que la bronca se la van a dejar a la nueva Presidenta de la República (que todos, menos López Obrador y su corcholata, sabemos que será Xóchitl Gálvez).
El anuncio hecho con bombos y platillos no es más que una mentira cuatrotera para agradar al más de un millón de maestros que cobran en la SEP, y lograr que el próximo 2 de junio, en menos de dos semanas, vayan a votar por los candidatos de Morena.
Una vez más, el Presidente de la República mintiendo para saciar sus ansias de permanencia; una vez más el titular del Poder Ejecutivo metido en triquiñuelas para engañar y traicionar el pueblo bueno y honrado.
Difícilmente los maestros se la van a creer, porque ya están curados de espanto con tantas promesas que no les han cumplido en este sexenio.
Por eso y muchas cosas más, va a perder Morena las próximas elecciones. ¡Y nos vamos a Palenque!
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