Este texto es de Anton Chéjov, escritor ruso que fue un gran crítico de la estulticia, de la estupidez humana de su época. Lo escribió hace más de cien años, lo escribió cuando vivía en un estado feudal, como la Rusia de los zares. Chéjov se preocupaba por la educación de su país y sabía lo que significaba dar mejores condiciones de trabajo a los maestros.
Hace más de cien años ya lamentaba la situación en que laboraban los maestros rurales. Esa misma situación, cien años después, en un país supuestamente democrático, es la que viven los maestros rurales de México, pero no sólo los maestros rurales, muchos maestros que laboran en centros urbanos también padecen de ese ostracismo laboral.