Si hay alguien a quien culpar por la derrota de Morena en la Ciudad de México, sin lugar a dudas será responsabilidad de López Obrador por imponer a Clara Brugada como una cuña a Claudia Sheinbaum. Sin embargo, será muy difícil que el ejecutivo federal reconozca que se equivocó, que calculó mal al quitar al Batman de la ciudad y preferido de Claudia Sheinbaum y poner una mujer sin sal, que pareciera que es promotora de Avón.
Por eso, el presidente ha comenzado a despotricar contra los habitantes de la Ciudad de México, sabe que él es el único culpable, pero fiel a su costumbre de culpar a otros, ahora culpa a los medios y a las clases fifís, que le han dado la espalda a Morena. Olvida que por no reparar la red hidráulica desde que él era jefe de la Ciudad de México, hoy los habitantes de la ciudad carecen de agua.
Su propio silencio al no buscar culpables por la cauda de la línea doce del metro, no ha pasado desapercibido ante la ciudadanía. En gran parte por eso, peros sobre todo por la pinche terquedad de la presidente, morena sufrirá una estrepitosa derrota, el dos de junio.
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