Toda la carne al asador, no hay que escatimar nada para recuperar el terreno perdido ante un creciente Pepe Yunes en Veracruz. Al parecer esa es la consigna que parece haber dado el presidente López Obrador a la desinflada cúpula morenista. No es gratuita la visita de Claudia Sheinbaum, ni las recurrentes visitas del primer mandatario, según para supervisar obras. Es un hecho consumado, que el mandamás de Morena ya se dio cuenta que fue una muy mala decisión haber impuesto a una candidata sin arraigo popular y sin una pizca de conocimiento del territorio geográfico que compone al multivariado estado Veracruz.
Desde luego que, no toda la culpa la carga el presidente y su candidata, no se pueden cerrar los ojos a la desaseada administración de Cuitláhuac García, quien no supo o no pudo gobernar con austeridad y con sensibilidad política, que permitiera que la Cuarta Transformación, se consolidara en territorio jarocho.
Hoy, solo hace falta que suceda algo verdaderamente grande, para que los veracruzanos no castiguen a Morena. Lo único que le queda al partido gobernante, es inhibir el voto, ya que está bien documentado, que cuando hay una votación copiosa, es porque regularmente los indecisos, salen a castigar al partido en turno. Sobre todo, cuando no hacen bien las cosas, como es el caso de Veracruz.
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