Nos enteramos por el periódico Notiver, de don Alfonso Salces, de la denuncia que Iván López Fernández, excontralor de Veracruz, interpusiera ante la Fiscalía de Veracruz en contra de José Eduardo Utrera Carreto, chofer y coordinador de Atención Ciudadana del gobierno de Veracruz. La denuncia, con copia a la Fiscalía Especializada en Combate a la Corrupción, exige que se investigue a este funcionario pues «estaría cayendo en agravio y cometido de delitos que culminan en un enriquecimiento inexplicable, pues en el municipio de Actopan le fue detectada una casona con acabados de lujo, así como un automóvil de marca suntuosa, que no coinciden con el sueldo e ingresos de un funcionario público». Vale mencionar que los de Morena llegaron con una mano atrás y otra adelante, dicen algunos, como “muertos de hambre”, y apenas vieron la oportunidad agarraron de donde hubiera para hacerse de grandes propiedades.
Pero son tan desmesurados que hasta creen que merecen presumir esa bonanza, como si fuera bien habida. Así detectaron a Eduardo Utrera, porque se la pasaba presumiendo sus propiedades que por cierto no coinciden con el sueldo que percibe como chofer del gobernador.
Señala López Fernández en su denuncia: «Claramente las características del inmueble y el conglomerado de personas y vehículos oficiales en el exterior del edificio de marras no se corresponden en absoluto con el presunto encargo ni la condición jerárquica y menos aún con los ingresos que debiera tener el mencionado señor José Eduardo Utrera Carreto». Ya lo dice el dicho, «hay tres cosas que un hombre no puede ocultar: El amor, el dinero y lo pendejo». Y en el caso de Eduardo Utrera, los dos últimos puntos sobresalen, sobre todo.
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