María Amparo Casar es pensionada de PEMEX desde el año 2004, año de la muerte de su esposo. Sin embargo, la paraestatal dejó de pagarle la pensión desde el mes de marzo, poco antes de que el presidente López Obrador iniciara una campaña de desprestigio en contra de la presidenta de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad. López Obrador, sin pruebas, sin el dictamen de un juicio, ha declarado que Amparo Casar es una mujer corrupta, lo cual la descalifica para andar ventilando la corrupción de sus hijos o de sus colaboradores.
Sin embargo, un juez federal ha ordenado a PEMEX que le restituya el pago de la pensión. El juez argumentó: “A menos que exista ordenamiento firme jurisdiccional o administrativo, en el que se le hubiere respetado a la quejosa el derecho de defensa, que ordenara la cancelación del pago de la pensión, ya que, una vez generado el derecho a percibir esos beneficios, constituyen derechos adquiridos por los beneficiarios del extinto trabajador y no pueden suspenderse unilateralmente por el patrón”.
La paraestatal tiene 24 horas para volver a pagar la pensión a la académica. Por supuesto, esto contraviene las disposiciones del presidente López Obrador, quien insiste en que Amparo Casar es una mujer corrupta, aunque él no presente una sola prueba; para el presidente su palabra es más que suficiente.
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