El fútbol y la economía del mundo: el verdadero deporte rey

El fútbol y la economía del mundo: el verdadero deporte rey FOTO: WEB

El fútbol como deporte y negocio ha evolucionado mucho desde principios del siglo XX, cuando se comenzó a popularizar. Las selecciones nacionales y los clubes, que siguen generando pasiones, podrían considerarse símbolos nacionales. Los equipos son parte integrante del legado emocional y cultural de los países y ciudades. Sin embargo, la importancia de los aspectos mediáticos y económicos del deporte se ha unido a esta dimensión cultural, sobre todo en las últimas dos décadas.

Hoy en día hay claras similitudes entre los negocios y el fútbol. Se trata de una de las industrias financieras más importantes a nivel global.  La economía mundial se ve afectada por las actividades del deporte rey. Lo recaudado en los estadios, el dinero que se mueve en apuestas Copa Sudamericana, Copa del Mundo FIFA o en la Champions League, los patrocinios de grandes marcas y los derechos de retransmisión forman parte de lo que significa el fútbol como negocio e impulsador de la economía global que crea fuentes de empleo y contribuye al desarrollo de ciudades y naciones.

Este es el fútbol visto como parte de un engranaje de economía y negocios transnacionales:

La taquilla en los estadios

Observar al balompié como un negocio no es difícil. En el caso de ingresos por concepto de entradas para ver los partidos, la Premier League inglesa y la Bundesliga alemana son las dos grandes ligas del viejo continente con mayor asistencia. Se estima que la liga inglesa llena los estadios en un 90% y la alemana y la española en un 70% durante toda la temporada. Les siguen la Serie A italiana con un 60%.

Las entradas para ver los partidos han ido bajando de precios y volviéndose cada vez más accesibles porque el deporte ha venido teniendo ingresos de otra naturaleza.  Es decir, la taquilla ha dejado de ser su entrada económica más importante y esto ha beneficiado a los fanáticos.

Patrocinio de grandes marcas globales

La economía del fútbol ha cambiado y se ve como un modelo de negocio como cualquier otro. Las grandes marcas comerciales y la influencia de las naciones proporcionan inversiones con características diferentes que diversifican los ingresos del balompié.

Por ejemplo, el presidente ruandés, Paul Kagame, aportó treinta millones de euros al patrocinio del Arsenal; Chad, país que ocupa el número 122 en la clasificación de naciones según el PIB del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el club francés Metz firmaron un acuerdo que beneficia a ambas partes. Estos dos casos representan estrategias de promoción del turismo que han puesto en práctica naciones con recursos financieros limitados.

Oriente Medio es otro ejemplo de región que ha integrado diversos intereses con la estrategia de diversificar su economía del petróleo. Qatar con el gas natural y Emiratos Árabes Unidos con el petróleo han unido el fútbol con el turismo y el ocio.

Solo para evidenciar un ejemplo, en 2011, el club catalán Barcelona FC, recibió 150 millones de euros de su patrocinador, la Qatar Foundation. Ese mismo año se produjo la compra del París Saint-Germain por parte de Tamin bin Hamad Al-Thani, emir de esta nación.

Derechos de transmisión

Los derechos de transmisión de los partidos por parte de grandes consorcios televisivos y plataformas de streaming también muestran la cara económica del deporte rey. Nada más por mostrar un ejemplo: desde el año 2007 hasta el 2023 la cifra por este concepto se elevó de 542,52 millones de euros a 3000 millones de euros, solamente en partidos de la FIFA.

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