El horror alcanzó su punto máximo cuando Naserian, con un cuchillo de cocina en mano, perpetró una serie de atroces agresiones contra la pequeña, desgarrando su frágil cuerpo y llegando incluso a consumir partes de él. Los intentos desesperados de los vecinos por intervenir fueron en vano, ya que se encontraron con una puerta que se negaba a ceder.
Cuando finalmente las autoridades lograron acceder al lugar, Naserian fue trasladada a un centro médico en estado de shock, antes de ser detenida bajo los escalofriantes cargos de canibalismo y homicidio. Ahora, una investigación exhaustiva busca determinar si detrás de este acto de barbarie se esconde una enfermedad mental, mientras que la sociedad local se enfrenta a una conmoción que tardará en sanar.