Octavio Romero, director de PEMEX fue el encargado de articular la infamia. Acuso a María Amparo Casar de un acto de corrupción, pues supuestamente influyó para que cambiaran el dictamen de la muerte de su esposo para que pudiera cobrar seguro y pensión. El presidente subió a la página del Gobierno Federal, los documentos de ese caso.
Entre esos documentos está la credencial de elector de María Amparo Casar, cheques, recibos de pago y otros documentos en donde se pueden obtener datos personales de una mujer que no es funcionaria pública. Por supuesto, es una venganza del presidente, una vil venganza donde extralimita sus funciones, pues el primer mandatario de un país no puede mostrar los datos personales de ningún ciudadano. Otra más de las bajezas de López Obrador.